EL
MUNDO
17 junio
2020
Advierten
que usar gel hidroalcohólico en la playa puede causar quemaduras
El hábito de limpiarse las manos
frecuentemente con gel hidroalcohólico debe evitarse en la playa, según la
dermatóloga del Hospital Quirónsalud Marbella Marta Frieyro
Los dermatólogos desaconsejan el uso de gel hidroalcohólico
en la playa porque puede provocar quemaduras, sobre todo en pieles sensibles
como la de los niños, y recomiendan lavarse las manos con agua y jabón como
medida para evitar el contagio de coronavirus.
El hábito de limpiarse las manos frecuentemente con gel
hidroalcohólico debe evitarse en la playa, según la dermatóloga del Hospital
Quirónsalud Marbella Marta Frieyro, que avisa de los efectos nocivos para la
epidermis del gel higienizante en los lugares donde se está tomando el sol.
Su alto porcentaje de alcohol, en combinación con la luz
solar, podría originar quemaduras en la piel, señala la doctora, que ha
indicado que hay que tener especial cuidado con las pieles más sensibles como son
las de los niños pequeños.
En opinión de la especialista, la absorción rápida de los
geles hidroalcohólicos crea la falsa sensación de evaporación total en la piel
porque se piensa que sus componentes han desaparecido totalmente de la
epidermis.
Sin embargo, "se mantienen en su superficie por un
tiempo prolongado", por lo que la incidencia de los rayos del sol puede
desembocar en "un oscurecimiento de la piel en el mejor de los casos, o en
una quemadura, en el peor de los casos", recalca.
Como alternativa, la doctora Frieyro aconseja lavarse las
manos con agua y jabón, que "es una medida de seguridad frente al contagio
por coronavirus y no entraña riesgo para la salud de nuestra epidermis".
Por otro lado, el Servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud
Marbella ha advertido del riesgo de quemaduras al tomar el sol tras un periodo
de baja o nula exposición al aire libre debido al periodo de confinamiento como
consecuencia de la pandemia.
Las restricciones han coincidido con el paso del invierno a
primavera que esta área geográfica supone un cambio gradual de incidencia de
radiación solar, por lo que en circunstancias normales y con los hábitos
sociales de vida en el exterior se hubiera producido una aclimatación
progresiva de la piel de los ciudadanos.
El dermatólogo Pablo García Montero ha explicado que
"nuestro sistema pigmentario aún mantiene niveles de melanina bajos ya que
está vinculado al impacto de radiación ultravioleta en la piel".
Por ello, ha hecho hincapié en las pautas de protección
vinculadas al inicio de la campaña estival, como evitar la exposición directa a
la luz solar en las horas centrales del día, utilizar crema de protección de un
factor elevado (FPS 30-50) y replicarla cada dos horas especialmente si se ha
tomado un baño o se ha transpirado en exceso.
Ha recordado que nuestro organismo produce vitamina D tras
la exposición a la luz del sol, un micronutriente que refuerza el sistema
inmunitario, además de ser necesario en absorción de calcio y ha recomendado
exposiciones solares breves complementadas con una dieta que incluya alimentos
como el salmón o las sardinas.